ME DUELE EL €
Algunos se quejan de puro vicio, los menos, otros se quejan por pura necesidad, los más.
Aunque nos duela España, porque la vemos con los ojos abiertos de las necesidades de millones de españoles, la seguimos queriendo como a nuestra patria histórica que es. Aunque amemos a Europa como a nuestra patria en devenir, no compartimos la falacia economicista con que la quieren construir los políticos profesionales (vendidos a la mayor gloria de la Banca Mundial) que nos gobiernan ¿democráticamente? desde las lejanas instituciones ¿europeas? de la derecha o de la izquierda del Sistema.
En política siempre llevamos una etiqueta cosida a nuestras espaldas, la cual nos define superficialmente para las pobres mentes bienpensantes. No quiero recordar todas las muletillas políticas que nos han aplicado con el consabido "tu eres un ...", y lo que toque según sea el interlocutor de dicho momento. Con lo fácil que es parar un momento la lengua y utilizar un poco más la inteligencia cerebral. Una vez, hace algunos años, me dejaron definirme a mi mismo en una reunión social de amigos y familiares, una vez me pude definir como "un patriota europeo con conciencia social", y la charla fue tranquila y sosegada, aunque estábamos allí reunidos de todos los colores políticos.
Me duele que nuestra España no sea más próspera hoy día, de lo que nuestra historia nos ha permitido en ningún otro momento pasado:
*por la avaricia de los antiguos linajes de ricos y nobles, desde hace centenares de años y el tan manido "¿trabajar yo? que dirían de mi en el...", o bien, "yo soy un ¿hidalgo, noble, acaudalado,...? español";
*por la servidumbre de nuestras riquezas naturales hacia las potencias externas, desde Roma, pasando por el imperio de ultramar, hasta la agónica decadencia del Siglo XIX;
*por la miserable cortedad de miras de aquellos que se sirvieron de una riqueza autárquica, privatizada en manos de amigos y deudores de su encumbramiento gubernamental, válido para los PP$OE de hoy mismo.
*por nuestra malsana envidia por la posición del de enfrente, sin valorar su esfuerzo callado a través del trabajo y los años.
Me duele la Europa de los mercaderes del Euro, capaz de ahogar a cualquier país en la miseria, a los menos desarrollados, según los principios del puritanismo liberal-mercatilista. No hay conciencia de Nación Europa, tan solo existe el servicio al interés del dinero fácil. Ellos conciben a la vieja Europa como uno más de los mercados mundiales existentes, por esto mismo su primera definición era la de Mercado Común Europeo. A ellos no les preocupan unas políticas sociales, educativas, culturales, legislativas, administrativas, diplomáticas o de defensa comunes.
Reniego/Renegamos de la Europa de los adoradores del Euro/Oro. Ellos importan mano de obra barata de origen africano, asiático o americano, para rebajar costes de producción y de gastos sociales, además, de intentar destruir cualquier vestigio identitario en sus esquemas de la sociedad del hormigón y el asfalto. Nosotros aún no hemos perdido el Norte y tenemos nuestros principios puestos a trabajar a través de la inteligencia de nuestras mentes inquietas y la fuerza de nuestros brazos:
NUESTRA EUROPA NO PERECERÁ DURANTE LA GENERACIÓN ACTUAL, ES MÁS, RECONQUISTAREMOS NUESTRA INDEPENDENCIA.
FUENTE
Algunos se quejan de puro vicio, los menos, otros se quejan por pura necesidad, los más.
Aunque nos duela España, porque la vemos con los ojos abiertos de las necesidades de millones de españoles, la seguimos queriendo como a nuestra patria histórica que es. Aunque amemos a Europa como a nuestra patria en devenir, no compartimos la falacia economicista con que la quieren construir los políticos profesionales (vendidos a la mayor gloria de la Banca Mundial) que nos gobiernan ¿democráticamente? desde las lejanas instituciones ¿europeas? de la derecha o de la izquierda del Sistema.
En política siempre llevamos una etiqueta cosida a nuestras espaldas, la cual nos define superficialmente para las pobres mentes bienpensantes. No quiero recordar todas las muletillas políticas que nos han aplicado con el consabido "tu eres un ...", y lo que toque según sea el interlocutor de dicho momento. Con lo fácil que es parar un momento la lengua y utilizar un poco más la inteligencia cerebral. Una vez, hace algunos años, me dejaron definirme a mi mismo en una reunión social de amigos y familiares, una vez me pude definir como "un patriota europeo con conciencia social", y la charla fue tranquila y sosegada, aunque estábamos allí reunidos de todos los colores políticos.
Me duele que nuestra España no sea más próspera hoy día, de lo que nuestra historia nos ha permitido en ningún otro momento pasado:
*por la avaricia de los antiguos linajes de ricos y nobles, desde hace centenares de años y el tan manido "¿trabajar yo? que dirían de mi en el...", o bien, "yo soy un ¿hidalgo, noble, acaudalado,...? español";
*por la servidumbre de nuestras riquezas naturales hacia las potencias externas, desde Roma, pasando por el imperio de ultramar, hasta la agónica decadencia del Siglo XIX;
*por la miserable cortedad de miras de aquellos que se sirvieron de una riqueza autárquica, privatizada en manos de amigos y deudores de su encumbramiento gubernamental, válido para los PP$OE de hoy mismo.
*por nuestra malsana envidia por la posición del de enfrente, sin valorar su esfuerzo callado a través del trabajo y los años.
Me duele la Europa de los mercaderes del Euro, capaz de ahogar a cualquier país en la miseria, a los menos desarrollados, según los principios del puritanismo liberal-mercatilista. No hay conciencia de Nación Europa, tan solo existe el servicio al interés del dinero fácil. Ellos conciben a la vieja Europa como uno más de los mercados mundiales existentes, por esto mismo su primera definición era la de Mercado Común Europeo. A ellos no les preocupan unas políticas sociales, educativas, culturales, legislativas, administrativas, diplomáticas o de defensa comunes.
Reniego/Renegamos de la Europa de los adoradores del Euro/Oro. Ellos importan mano de obra barata de origen africano, asiático o americano, para rebajar costes de producción y de gastos sociales, además, de intentar destruir cualquier vestigio identitario en sus esquemas de la sociedad del hormigón y el asfalto. Nosotros aún no hemos perdido el Norte y tenemos nuestros principios puestos a trabajar a través de la inteligencia de nuestras mentes inquietas y la fuerza de nuestros brazos:
NUESTRA EUROPA NO PERECERÁ DURANTE LA GENERACIÓN ACTUAL, ES MÁS, RECONQUISTAREMOS NUESTRA INDEPENDENCIA.
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